Una verdad incómoda
Lo siento, voy a decirte una verdad incómoda. Si eres una de esas personas que llama borregos a los que no están despiertos o a los que, supuestamente, no están tan evolucionados como tú, eso solo significa que tú no estás tan despierto como crees.
Últimamente en las redes sociales muchas personas que se consideran despiertas se dedican a decirles borregos a los que no lo están. Es la consigna de moda. El ego hace creer a quien se considera despierto que es superior a los que no lo están y de ahí que les insulte, esa es una de las mayores trampas espirituales que existen, se conoce como el ego espiritual y quien lo padece no llega a darse cuenta de lo poco que sabe, aunque crea saber mucho, sobre el proceso evolutivo.
Cada uno a su propio ritmo
Cada persona evoluciona a su propio ritmo, nadie es un borrego por no haber llegado a un nivel concreto evolutivo, simplemente está viviendo el proceso siguiendo los tiempos que le marca su alma. El despertar se produce en cada persona a su debido tiempo, ni antes ni después.
Aquellos que se creen despiertos y se dedican a insultar, están más dormidos de lo que piensan porque quien está realmente despierto sabe que insultando a las personas no solo no las van a despertar si no que van a lograr que esas personas, tras sentirse insultadas, reciban con rechazo cualquier argumento con el que pretendan hacerles tomar conciencia.
Dar ejemplo
Cuando insultas a alguien y luego tratas de convencerlo de que llevas razón, el mensaje, aunque tenga un buen argumento, se pierde por la forma y deja de ser efectivo. Para despertar a otros de nada sirve decirles que están dormidos o insultares diciéndoles borregos, la mejor forma de despertar a los que aún están dormidos es demostrando con el ejemplo, porque el ejemplo es mucho más poderoso que las palabras.
Yo puedo decirte que soy feliz, pero si luego me observas y ves que estoy triste todo el tiempo, que me paso el día quejándome y maldiciendo cada momento de mi vida, es evidente que llegarás a la conclusión de que no soy feliz y que te estoy mintiendo al decirte que lo soy, pero si en vez de decirte que soy feliz, te lo demuestro, disfrutando de la vida, bendiciendo cada experiencia y viviendo cada instante sin perder la sonrisa, tú sabrás que soy feliz sin necesidad de que yo te lo diga.
Créeme cuando te digo que deseo tanto como tú una humanidad despierta, pero insultando a los que aún están ligeramente dormidos o muy dormidos, solo retrasas el despertar. El ejemplo es mucho más potente que lo que puedas decirle a una persona, especialmente si eso que le dices va acompañado de un insulto.
Si logro amar incondicionalmente a quien opina de forma diferente a mí, si dejo de juzgar y acepto a los demás, si hago sentir cómodos, en mi presencia, a quienes no piensan como yo, si les demuestro con mis actos que soy coherente y que esa coherencia me permite tener una vida mejor, esos que aún no han despertado estarán mucho más receptivos a lo que tenga que explicarles, pero si les ataco y les insulto, cualquier vía de comunicación efectiva que quiera mantener con ellos quedará cerrada y me hará fracasar en el intento de lograr que otros despierten.
Son reflejos
Aquellos que no han despertado y forman parte de tu realidad solo reflejan las partes de ti que aún no están despiertas, por tanto, quizás tu también sigas “siendo un borrego” y por eso proyectas tu frustración y tu rabia hacia los demás.
Los demás no son borregos, tú tampoco lo eres y yo tampoco lo soy, aunque está claro que podemos comportarnos como tales, solo somos seres en constante evolución y aunque queramos que las cosas ocurran más rápido, la única forma de acelerar el proceso es trabajando en uno mismo para integrar lo poco o mucho que hemos evolucionado y aplicarlo en nuestra vida, en vez de exigirles a los demás que evolucionen tanto como creemos haberlo hecho nosotros.
¿Aún hay esperanza?
Si todo esto que te he dicho te remueve por dentro y te hace reflexionar, es una buena señal, aún hay esperanza para ti y para el mundo, todavía estás a tiempo de detectar tu ego espiritual y escapar de la trampa que supone pensar que eres mejor o superior porque ya te das cuenta de algunas cosas que otros todavía no pueden ver. Si por el contrario esto que te he dicho te hace juzgarme y pensar que soy un borrego, un imbécil o que me creo mejor que tú por decirte esto, ese es tu problema no el mío.
Insultar a quienes tienen otro nivel de comprensión diferente al tuyo hace que tu propia evolución sea más lenta y retrasa el despertar de los demás. Si quieres que los demás despierten, ocúpate de tu propio despertar y tu vibración y tu ejemplo se encargarán del resto.
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