¿Quieres saber mi secreto?
Todos los secretos acaban saliendo a la luz algún día. Y yo tengo uno.
Este secreto sale a la luz tal y como tenía planeado cuando decidí guardarlo. No lo cuento porque me vea obligado, si no porque ha llegado el momento de revelarlo.
Mi nombre es Christopher Graham. Bueno, en realidad, me llamo Santos Ávila Ruiz, pero Christopher Graham es un seudónimo con el que decidí escribir una colección de libros de temáticas menos espirituales de los que suelo escribir como Santos Ávila Ruiz.
¿Por qué decidí hacer esto?
Si decidí escribir con un seudónimo no es porque me avergonzara de lo que estaba escribiendo o porque quisiera esconderme, lo hice, principalmente, por dos motivos y quiero compartirlos contigo.
El primer motivo fue por el simple hecho de experimentar. Como autor y como persona creativa que soy, me interesaba ver qué ocurría con un libro al escribir con otro nombre y sin mostrar mi identidad.
El caso es que al final me animé y en vez de escribir un libro, escribí cinco en total y la verdad es que podría haber seguido, pero desde el principio supe que este experimento tenía fecha de caducidad.
Parte del experimento consistía en no hacer publicidad de los libros, para ver si se vendían y curiosamente se han vendido y se siguen vendiendo muy bien, así que supongo que de alguna forma aportan valor y las personas que los han comprado lo han hecho, no porque supieran quién era el autor, sino porque la temática de los libros les interesaba.
El segundo motivo por el que decidí escribir con seudónimo tiene que ver con mi vertiente profesional como terapeuta. Todas las personas tenemos ego y en mayor o menor medida nos gusta que nos feliciten o nos den una palmadita en la espalda de vez en cuando en las ocasiones que hacemos algo bien, pero como escritor y como terapeuta, yo necesitaba alejarme de la búsqueda de reconocimiento para centrarme en ofrecer contenido de valor que pudiera ser de utilidad para los demás.
Contenido de valor
Cuando empecé a publicar libros con mi nombre oficial, Santos Ávila Ruiz, sentí que como escritor tenía dos opciones: Podía publicar contenido de valor que realmente ayudara a las personas o podía publicar libros enfocados en lograr ventas aunque no aportaran mucho valor, que es algo que hacen muchos escritores.
Dedicándome al mundo de la conciencia como me dedico, la segunda opción no me interesaba, yo tengo claro que quiero aportar valor con los libros que público, por supuesto eso no significa que lo consiga, pero es en lo que trato de enfocarme siempre que escribo. Escribir bajo seudónimo me dio la libertad de poder hacerlo sin sentirme juzgado como persona, porque seamos sinceros, todos estamos cargados de juicios y cuando haces una labor de cara al público, como es mi caso, no siempre resulta fácil exponerse a las críticas y a las opiniones de la gente.
Escribir como Christopher Graham me permitió escribir sin ego, sin buscar reconocimiento, porque nadie sabía quién era Christopher y eso, por supuesto, me ha ayudado a poder hacerlo también cuando escribo como Santos. Como escritor quiero que mis libros se vendan, por supuesto, pero no estoy interesado en crear contenido solo para vender, quiero que el contenido sea de utilidad y ayude a las personas que lo lean.
¿Decepción o buenas noticias?
Algún lector de los libros de Christopher Graham se puede sentir decepcionado por esta confesión, pero si los libros que he escrito con ese seudónimo le han gustado y le han ayudado en algo, ¿qué más da quién lo haya escrito?
En cambio estoy seguro de que esta confesión supone una buena noticia para los lectores que han disfrutado de mis libros publicados como Santos, porque tienen cinco nuevos libros que leer, que también he escrito yo, aunque sean con seudónimo.
Quizás alguien piense que mi experimento ha fracasado y que escribo esto en busca de reconocimiento, pero no es así, este experimento me ha supuesto un gran aprendizaje, como persona y como escritor, y cuando lo inicié siempre tuve claro que cuando llegara el momento adecuado, compartiría este secreto y ese momento ha llegado.
Además los secretos siempre acaban saliendo y es mejor sacarlos a la luz por voluntad propia y no porque otros lo descubran y te obliguen a hacerlo. Ahora ya sabes mi secreto, espero que eso no cambie la idea que tienes de los libros que he publicado con seudónimo, ni la idea que tienes de mí.
Gracias por leer a Christopher Graham, él forma parte de mí, tal y como los personajes forman parte de los actores y de las actrices.
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